Tanque de tormentas para luchar contra la contaminación fluvial

No sabemos todavía si responde a un plan o a un grupo de acciones singulares, pero Torrelavega está dando pasos para una mejora sustancial en aspectos medioambientales básicos, como el tratamiento de aguas y la gestión hidráulica. Pueden parecernos temas menores, pero para una ciudad como la nuestra, capital de un gran valle fluvial, es una política esencial, una lucha por la supervivencia.

No de esos pasos le hemos visto ayer cuando tras meses de trabajo el alcalde,  José Manuel Cruz Viadero, y la concejal de aguas, Verena Fernández, visitaban en Barreda el nuevo depósito de retención (tanque de tormentas) que el Ayuntamiento ha construido junto al acceso del Matadero Municipal, para “eliminar” un punto de vertido directo de aguas residuales al cauce del río Saja.

La inversión se eleva a 142.793 euros, y da respuesta a una exigencia del sentido común y otra de los vecinos (que generalmente lo tienen más que las administraciones), que reclamaban evitar los vertidos directos de aguas residuales al rio.

Este vertido se venia produciendo a través de dos tuberías que recogen, por una parte, las aguas de escorrentía de la Autovía A67; y, por otra, las aguas residuales de un grupo de viviendas situadas entre dicha autovía y la vía del ferrocarril de la línea Santander-Oviedo.

Con la construcción del tanque de tormentas se limita el caudal del vertido al medio natural producido en los periodos de lluvia, con lo que se palian los problemas de las primeras fases de un periodo de lluvias, en la que se concentra la mayor parte de la contaminación, dicho agua se conducirá a la estación depuradora mediante un nuevo colector entre el tanque de tormentas y el colector secundario de Barreda. Si la lluvia persistiera, ha añadido, el sobrante se aliviará directamente al cauce, una vez se haya diluido la contaminación. Y en tiempo seco, todas las aguas residuales se llevarán a la estación depuradora para su adecuado tratamiento.

Ya hemos dado un paso. Bien, solo faltan otros pocos.

Lidia Ordoñez

Fuente e imágenes Ayuntamiento