La violencia asesina contra la mujer se mantiene en nuestra sociedad. Arte y educación son las apuestas en Cantabria para defender una sociedad plural.
La estadística sigue reflejando en este 2015 la crueldad en cuanto a violencia de género se refiere. Hasta principios de abril, nos hemos levantado ya quince días con una nueva noticia, una nueva víctima. Pero la supresión de la vida es tan solo el último paso de un camino que empieza y discurre por la supresión de la libertad, del diálogo, de la capacidad de expresión, tantas veces coartado para la mujer.
Torrelavega lleva años indagando en este camino y trabajando para que nadie lo inicie, con iniciativas culturales y educativas como “Pintan mujeres” o “femenino plural”, iniciativas que se han convertido ya en nuestra ciudad en un alegato contra la violencia machista, contra la pérdida de libertad individual, a favor del derecho de expresión de la mujer y como reflexión colectiva que haga entender al espectador la capacidad artística de las personas, sea cual sea su género.
En ambos casos, se trata de ofrecer una imagen amplia de mujeres que muestran la sensibilidad, la visión del mundo, los obstáculos vitales y las diferentes visiones creativas de mujeres del siglo XXI, de procedencias y contextos muy diversos.
En la edición de este año de “Femenino Plural”, ha contado con la obra de cuatro artistas importantes en el panorama cultural español: Elena Sierra (Kelsie), Montserrat Ferrer Gil, Soledad Galiardo, Coral Blanco Moreno y Miguel Ángel Salgado Fuentes (el contrapunto masculino de una muestra que pretende ser plural y mostrar la convivencia).
Diversas técnicas, materiales y concepciones llaman la atención de los torrelaveguenses sobre la importancia de lo femenino, haciendo visible su papel creador en esta sociedad.
La muestra transcurre en los mismos días en que Santander acoge una serie de talleres puestos en marcha por la dirección de la mujer, dirigido a algunos de los grupos de población más vulnerables ante la violencia de género: personas de raza gitana, personas mayores, discapacitadas o inmigrantes. Grupos en los que no es fácil detectar la existencia de la violencia de genero, enmascarada a veces en practicas familiares (violencia, sumisión..) que ellos consideran ancestrales y parte ya de su identidad, y enmascaradas a veces en la dependencia y la ignorancia que impide a esas mujeres romper con todo y lanzarse a vivir solas, sabiendo que romper con su marido o compañero le acarreara el rechazo de todo el grupo.
El programa se llama “La igualdad desde nosotras”, y busca la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres”, que estas crean en ellas y que aprendan a discriminar la nera violencia, sexista y gratuita, de lo que ellas, a veces consideran comportamientos culturales. Forma parte de planes más generales y de acciones constantes en este campo, como el Plan Nacional de Sensibilización y Prevención de la Violencia de Género.
La formación puede ser el camino de la liberación, sobre todo en temas como la educación afectiva, las relaciones interpersonales y los derechos.
Pero al fondo de todo esta el tema de la educación, sin la cual las mujeres son ciudadanas de segunda, al no comprender y asumir sus derechos, ni tener independencia económica. También aparecen barreras propias de una sociedad multirracial como la nuestra (idioma, costumbres propias de sociedades rurales, la baja cualificación, la imposibilidad cultural de la mujeres de estar solas…). Pero también esta nuestra creencia en nuestra vida, nuestra libertad, y nuestra igualdad. Y ahí metemos la pata hasta la que estamos “educadas”.
Talento, cultura, auto afirmación y capacidad de comprensión crítica de la realidad, cuatro caminos que demuestran que contra la violencia, la mejor defensa sigue siendo la cultura.
imagen de la exposición “Lost in transition” de Meter Snell, en la Sala Municipal Mauro Muriedas de Torrelavega
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