Nacido en el 31 de enero de 1937. En Salarzón, un pueblo perteneciente a la comarca de Liébana.
Estudio en un seminario de Palencia aun permaneciendo a la parroquia de su tierra natal, Salarzón. Estudio humanidades y en el año 1953, cuando se firmo el concordato entre la santa sede y el gobierno español, cambio el seminario de Palencia por Corbán, donde se le encomendó la terea de hacerse cargo de esa parroquia.
Con unas calificaciones académicas muy altas, el obispo de Santander, Don Doroteo Fernández le ordena sacerdote en 1961.
Su filosofía se basaba en que el conocer de dónde venimos y quiénes fueron aquellos que nos precedieron, nos ayuda a entender nuestro presente. Fue un estudioso de la genealogía.
En Santander un nuevo obispo, Don Eugenio Beitia se le asigna las parroquias de Riocorvo, yermo y Cohicillos.
En el año 1.970 el entonces obispo de Santander, don José María Cirarda, le nombra párroco de un nuevo barrio de Torrelavega que acababa de ser ocupado por multitud de gentes debido a la gran atracción de la industria en la zona. En pocos años surgió lo que luego se llamaría "nueva ciudad".
Pedro Antonio se sintió atraído por el tema de la pobreza y la justicia social. Su condición de sacerdote lo llevó a trabajar con la juventud abandonada y entregada a todos los peligros de una época dura y difícil. Con una gran dedicación pastoral, promovió asociaciones y movimientos espirituales con la juventud creando en ella una adecuada formación espiritual, humana e intelectual.
Pedro Antonio se presento en Torrelavega dispuesto a comenzar su labor de sacerdote y colaborador con los más necesitados y se fijo en que no había una iglesia donde poder trabajar.
Una vez nombrado párroco y partiendo de cero, hace una visita a Santander para exponerle al señor obispo las necesidades de la parroquia. El obispo Cirarda, en un primer momento, no consideró oportuno levantar una iglesia, pero sí ordenó acondicionar unos bajos en un edificio para atender los oficios religiosos.
Los obispos se sucedían unos a otros con relativa celeridad y en el año 1.991 es nombrado un nuevo prelado, don José Vilaplana, que encarga a Pedro Antonio la difícil tarea colaborar con él como vicario general de la diócesis de Santander, cargo que compartía durante varios años junto con el cuidado y trabajo en la iglesia de “nueva ciudad”.
Pero una grave y galopante enfermedad le avisa de que tiene que pensar un poco más en sí mismo.
Falleció un 15 de noviembre de 1995 en Torrelavega a la temprana edad de 58 años. Sus restos reposan en el pueblo de Salarzón.
En 1996 el Ayuntamiento de Torrelavega, en agradecimiento y para inmortalizar su memoria, asignó a una plaza del barrio de "Nueva Ciudad" con su nombre "Pedro Antonio Gómez Haza". Allí donde Pedro Antonio tanto trabajó, tanto ayudo, dejando un recuerdo que quedó inmortalizado su nombre como ejemplo para las generaciones futuras.
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