Hubo un tiempo en que pintar en la paredes fue un delito, a la par que un acto de mal gusto. Hoy grafiteros y artistas urbanos comienzan a ser considerados un elemento esencial en la recuperación de muchos espacios de las ciudades y en la representación de la sociedad. El cántabro Okuda presenta estos días el mural que resalta la magia de Paco de Lucia en Metro de Madrid. Lejos de allí, otra figura emergente del llamado “arte social” vuelca sus sueños sobre las paredes de la calle Argumosa de Torrelavega, ante la indisimulada mirada de los vecinos, que ven como la ciudad se llena de juventud y futuro con los sprays de nuestra invitada, Mery Pinta.
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