Los mozos de los pueblos salen a la calle a cantarle a la primavera, a darle la bienvenida a las flores y a las cosechas durante la última noche de febrero.
Se trata de una tradición que tiene sus orígenes en los pueblos prerromanos, y que se ha ido transformando hasta la actualidad. En los pueblos y ciudades de Cantabria grupos de hombres y últimamente también mujeres van cantando por las calles, puerta por puerta, durante la última noche de febrero o la primera de marzo, dando la bienvenida a la primavera, al buen tiempo, a las flores y a las buenas cosechas.
Las cuadrillas de mozos van cantando en cada casa, a cambio del “dao” o “marza” que consiste en dinero, productos de la matanza, huevos, legumbre o “calostros” (leche de las vacas recién paridas). En la cuadrilla siempre hay un marcero mayor, que es el que dirige la ronda, un farolero para iluminar el camino y un bolsero, que se encarga de llevar todo lo recaudado en un cuévano o en un burro con alforjas.
A pesar de ser una fiesta pagana, siempre se pedía licencia al sacerdote del pueblo, cantándole los mandamientos o sacramentos. Después comenzaba el discurrir por las frías y húmedas calles del pueblo en invierno. Cuando la ronda llegaba a casa de la novia de alguno, se cantaban los Sacramentos de Amor:
“Los sacramentos de amor,
Te vengo a cantar paloma,
Para que me des el si,
Y me lleves a la gloria.”
Si en aquella casa estaban de luto, la ronda en vez de cantar rezaba unas oraciones y si no les abrían o no les daban nada a cambio de sus cantos, cantaban la “rutona”:
“Estas puertas son de alambre,
Aquí vive el rey del hambre.
Que nos niega el aguinaldo,
Y de ello hace alarde.”
Después de cantarle esta canción generalmente le robaban el gato o el “gallu Pedres” o incluso le soltaban algún animal.
En la actualidad, son muchos los pueblos y ciudades en los que se continúa esta tradición, cantando hasta altas horas de la madrugada por las casas de los vecinos. En coros de música popular, asociaciones de vecinos, grupos tradicionales y muchos colegios se impulsa y se dan a conocer las marzas, enseñando sus letras y procurando que esta tradición no caiga en el olvido.
En el video aparece la noche de marzas del 29 de febrero de 2016 en el pueblo de Tanos, cerca de Torrelavega, en el cual algunos integrantes de la agrupación de danzas Virgen de las Nieves recorrieron las calles del pueblo alabando a la primavera y a sus vecinos.
Eduardo Izquierdo Colegio La Paz, Torrelavega (Cantabria) Imagen y vídeo Miguel Saturio y Carmen Cerro
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