En Torrelavega hay
una calle que lleva el nombre de Julián Urbina. Esta calle se encuentra situada
en la zona norte de la ciudad, y enlaza las calles Juan José Ruano y José Mª de
Pereda.
A principios del siglo XX Julián Urbina Alegre, con sastrería y camisería en la calle Consolación y que dirigía una delegación del Banco Santander en Torrelavega, presidió una reunión donde representaba a los comerciantes de Torrelavega y en la que negoció la creación de la Cámara de Comercio e Industria. La solicitud había sido rechazada previamente por la Junta Provincial de Fomento de Santander, la Cámara de Comercio, Industria y Navegación de la provincia de Santander, así como por el Ministerio de Fomento. En esta negociación, Urbina consiguió la posibilidad de crear una “Delegación con voz y voto” y la promesa de lograr parte del presupuesto provincial para mantener la nueva delegación.
El nombre que lleva
la calle es un homenaje a Julián Urbina Alegre, ilustre comerciante de la
ciudad, que fue alcalde en 1909, 1914-1916, 1937 y a su hijo, Julián Urbina
Carrera, que también fue alcalde entre los años 1941 y 1947.
A principios del siglo XX Julián Urbina Alegre, con sastrería y camisería en la calle Consolación y que dirigía una delegación del Banco Santander en Torrelavega, presidió una reunión donde representaba a los comerciantes de Torrelavega y en la que negoció la creación de la Cámara de Comercio e Industria. La solicitud había sido rechazada previamente por la Junta Provincial de Fomento de Santander, la Cámara de Comercio, Industria y Navegación de la provincia de Santander, así como por el Ministerio de Fomento. En esta negociación, Urbina consiguió la posibilidad de crear una “Delegación con voz y voto” y la promesa de lograr parte del presupuesto provincial para mantener la nueva delegación.
En aquel tiempo
reinaba en España el Rey Alfonso XIII, quien el 9 de enero de 1913, mediante
una Real Orden, aprueba la creación de la Cámara de Comercio. La buena noticia
se divulgó rápidamente y la ciudad lo festejó como una gran proeza.
Por otro lado, su hijo, Julián Urbina Carrera, fue uno de
los más prestigiosos personajes de la Montaña. Pronto brilló como letrado. Fue
un trabajador incansable, con espíritu de lucha, un romántico enamorado de su
tierra y fiel servidor de sus ideales que le llevan a sacrificar su fortuna,
posición social e, incluso, la vida por paliar las calamidades ajenas. Sufrió
ocho registros domiciliarios y cárcel de nueve días durante el bienio social de
Manuel Azaña. Urbina Carrera fundó en
Torrelavega la Agrupación Regional Independiente, de la que fue presidente; dio
conferencias en Madrid y Santander para explicar sus ideales; escribió
artículos periodísticos; participó en más de un centenar de mítines, con gran
fluidez verbal, defendiendo la necesidad de que España se incorporara al
concierto internacional de las grandes potencias….
En Torrelavega,
demostró grandes dotes como organizador cuando dirigió las elecciones de los
vocales del Tribunal de Garantías, las Municipales del artículo 29 y las
generales del 19 de noviembre de 1932.
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Fuente en la hemeroteca del diario ABC
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